Centro de
Psicología
en Córdoba

La ansiedad es la respuesta más apropiada que la persona puede manifestar en un momento y circunstancias concretas, acorde con sus capacidades
El trastorno de ansiedad en la mayoría de las ocasiones tiene que ver con una huida de la experiencia presente, es decir, la causa de la ansiedad anticipatoria estaría en una fantasía catastrofista del futuro. La persona con un ansiedad generalizada se caracteriza por un estado anímico anclado en la preocupación de cualquier tema (cambiante en el tiempo) que deba tratar.
El ataque de ansiedad nos lleva a sentir que perdemos el control de la situación y de nuestra vida.
Las consecuencias de este estado pueden ser cansancio, insomnio, falta de concentración, tensión continua, dolor muscular, dolor de cabeza, etc.
Se trata de poder ver la ansiedad como una luz de emergencia que nos está señalando que algo está fallando en nuestra vida, en la relación con nuestro entorno una oportunidad de parar, respirar y tomar conciencia de lo que está provocando este síntoma y adquirir las técnicas y desarrollar las capacidades para transmutar con ello de la mano de un/una profesional.

El comportamiento adictivo es un patrón que contienen múltiples elementos que interactúan de manera compleja y progresiva, que influye en aspectos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales.La explicación a veces vendría dada por experiencias traumáticas no elaboradas y funciones limitadas para establecer contacto que impiden la satisfacción de las necesidades elementales de la persona.
Nuestra propuesta de trabajo nos permite comprender la complejidad que envuelve al fenómeno adictivo. Entenderíamos la adicción como un proceso intrapsíquico pero principalmente relacional donde anula cualquier tipo de contacto, limitando su relaciones a la droga o las personas que lo acompañan a ello. En el tratamiento a largo plazo tendríamos dos metas: la primera sería el control estricto del consumo a través de la abstinencia o el consumo responsable (si fuese posible) y la segunda el reemplazo total de los modelos adictivos por comportamientos satisfactorios y constructivos para llevar una vida plena y satisfactoria de nuevo.

Las personas estamos en un continuo cambio y transformación, en esta mutación constante entre equilibrio y desequilibrio es normal que aparezcan conflictos, desajustes y tensiones.
La depresión es una de las manifestaciones de ese desequilibrio, aparece cuando hay un bloqueo de la energía vital, cuando nuestra realidad deja de tener armonía y perdemos la capacidad de conectar y dar respuesta a lo que nos demanda el entorno e incluso a nuestras propias necesidades.
La terapia resulta muy efectiva para trabajar dichos bloqueos y favorecer el contacto con nuestras necesidades y la capacidad para darle respuesta de manera vital y amorosa.
Cuando conseguimos un buen nivel de contacto y aceptación con nosotros mismos nos permite poner en marcha nuestras potencialidades, sentir seguridad y creer en nosotros/as mismos/as y en nuestro autoapoyo.

El miedo nos ayuda a protegernos de los peligros, nos avisa de que necesitamos seguridad y recursos para sobrevivir. La fobia es un miedo persistente y excesivo ante situaciones que no son especialmente peligrosas o amenazantes. Propicia en la persona palpitaciones, cuesta respirar, boca seca, etc y como consecuencia una conducta de huida o una reacción que ella misma a veces siente como desproporcionada.
En terapia trabajamos para vernos tal y como somos, atravesando las emociones en vez de quedarnos atascados, llegamos a comprender que hay debajo de la fobia, ganando la aceptación de aspectos propios. Es la manera de darnos cuenta de nuestras necesidades, abrirnos a nuestras experiencias y atrevernos a realizar acciones que anteriormente nos resultaban difíciles, descubriendo nuevas formas de actuar y adquiriendo soltura y flexibilidad.

Nuestro día a día, en ocasiones, no nos permite darnos cuenta de lo que nos pasa con quien tenemos cerca ni de lo que le puede estar pasando a él fuera de este ámbito familiar, a veces la comunicación, si existe, es exclusivamente referencial y no propicia para nada el contacto y el encuentro entre los miembros de la familia.
El objetivo de la terapia familiar es mejorar la capacidad de las personas de la familia para autoapoyarse y apoyarse mutuamente.Familias que están pasando por situaciones de transición a otra nueva realidad (por ejemplo:cambio de ciudad, separación o divorcio, bienvenida a de un nuevo miembro, despedida o duelo, etc.) o que están acompañando a alguno de sus miembros a ello (infancia,adolescencia, drogas, bullying, tecnologías,enfermedad,etc) pueden aprender con esta terapia a desarrollar sus potencialidades de manera creativa y a adquirir recursos que le ayudarán en esta etapa de transición de manera más amable y menos dolorosa.
Tratamos de favorecer que cada miembro se de cuenta de sí mismo mediante la expresión procurando que traduzca sus emociones en acciones y palabras. Facilitar expresar lo no expresado dentro de un contexto facilitador y emocionalmente funcional, favoreciendo así el crecimiento personal de cada miembro.